Archivo Churubusco



Enseñando museografía

¿Cómo se ha enseñado museografía en México?
Revisión documental de los modelos de enseñanza en México 1944-2015

Rodrigo Witker Barra



Palabras clave: docencia, museografía, museos, programas de estudios, museología.

Keywords: teaching, museography, museums, study programs, museology.

RESUMEN

Revisión historiográfica de las maneras en que las instituciones educativas universitarias mexicanas han abordado el estudio de la museografía y cómo esta disciplina se ha concebido académicamente con el fin de enseñarla, desde los años cuarenta a la fecha. La intención es conocer a fondo los procesos de enseñanza-aprendizaje con los que se debe educar a los museógrafos en el presente.

SUMMARY

A historiographical review of the ways in which Mexican university educational institutions have approached the study of museography and how it has been conceived academically for the purpose of teaching it, from the 1940's to the present. The intention is to know more deeply the processes of teaching and learning with which to educate the museographers in the present.

 

Introducción

¿De qué maneras y quiénes han enseñado museografía y museología en México?

El objetivo del presente trabajo es aportar otra manera de aproximarnos a los campos de estudio de la museografía y la museología. Mirarlas no necesariamente desde la óptica profesional, o de las historias de vida o memorias de proyectos, temáticas que predominan recientemente, sino aproximarnos desde el ámbito de la academia.

Esto supone indagar en los procesos del diseño curricular (enseñanza-aprendizaje), así como en las lógicas de los estudios universitarios formales, para identificar, desde sus inicios, por medio de perfiles de ingreso-egreso, de modelos educativos, de planes y programas de estudio, los conceptos considerados por la academia para definir al profesionista, al museógrafo que el ámbito museológico mexicano requería y requiere y, de esta manera, diseñar planes y programas para su formación.

La motivación principal es llegar más allá del dato estadístico, del número de alumnos atendidos o su procedencia. El propósito es conocer cuáles han sido los modelos educativos eficientes y por qué; esto para posibilitar el diseño de modelos de capacitación o formación profesional en museografía que se requieren actualmente.

Se hace particular énfasis en lo acontecido en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, por ser la heredera del conocimiento generado en los años cuarenta por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), y por haber sistematizado y proyectado internacionalmente el quehacer de la museografía.

Tiene relevancia, por lo tanto, lo que desde la academia se propuso y se sigue proponiendo para concebir los perfiles y el quehacer del museógrafo en el ámbito profesional del museo, de acuerdo con las coyunturas imperantes.

Para tal fin se han considerado diversos contextos, como el cultural, imperante en cada periodo; el seguimiento a los grandes profesionistas precursores que establecieron vínculos con la academia; y particularmente el análisis de documentos, folletos promocionales, programas de estudio y entrevistas a especialistas.

 

 

La relación museografía y academia en México. 1944-1955

Los procesos educativos en torno a la formación de especialistas en el manejo, operación y difusión del patrimonio cultural, se comienzan a gestar en 1939 cuando se crean, por parte del Estado mexicano, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el gobierno de Lázaro Cárdenas, y se consolidan en 1942 con la creación de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), durante la gestión de Alfonso Caso, después de operar por algunos años en diversas sedes.

Es en la ENAH, en 1944, donde comienza formalmente el acercamiento entre museografía y academia, cuando se ofrece la primera estructura educativa de museografía, a nivel técnico.1

 

Corresponde a Miguel Covarrubias, artista gráfico y especialista en etnografía, realizar los primeros planes de estudio, para lo cual integra una planta de profesores con personajes de la cultura como Rafael Sánchez Ventura, Daniel Rubín de la Borbolla, John MacAndrew, arquitecto e historiador estadounidense y curador del Museo de Arte Moderno (Moma, por sus siglas en inglés) de Nueva York, y Fernando Gamboa, quienes elaboran el primer perfil y los objetivos del curso. El plan de estudios estimaba que el egresado se podía dedicar a la administración y funcionamiento de museos; y tendría los conocimientos técnicos para convertir un museo en un centro educativo. Como especialista, podía darle a la institución el encauzamiento debido. El objetivo era preparar técnicamente al personal que trabajaba en los museos de México y ofrecer al público una nueva carrera técnica corta.2

El programa contemplaba actividad profesional a nivel práctico, que se realizaba en el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA) de la UNAM y en el Museo de Artes e Industrias Populares.

También hubo oportunidad de involucrarse en los proyectos importantes que se efectuaban en el ámbito nacional, como los trabajos de reestructuración del Museo Nacional de las Culturas luego que las colecciones de historia se trasladaran al Castillo de Chapultepec, sede del Museo Nacional de Historia en 1944.

 

En los siguientes años el programa de estudios pasa por lógicas modificaciones: se integran nuevos profesores, nuevas materias y nuevos tiempos de clase. Tiene también reprogramaciones que le significan que en 1955, y sin ser muy claros los motivos, se decida cerrar el programa de museografía de la ENAH, lo que genera un vacío educativo en la materia.

 

 

De 1961 a 1966

La situación expuesta líneas arriba tiende a recomponerse aunque de manera incipiente y parcial cuando el INAH crea el Departamento de Catálogo y Restauración del Patrimonio Cultural (DCRPC), donde se comienzan a impartir cursos, principalmente de restauración y uno que otro de museografía. En 1966 se cancelan por falta de recursos.3

Si bien el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964) prestó poca atención a la relación museografía-academia, sí logró para la profesión de la museografía un respaldo y reconocimiento que rebasó las fronteras nacionales, marcado por una rotunda política cultural nacionalista, que encabezó Jaime Torres Bodet en su calidad de Secretario de Educación Pública.

Esto dio como resultado la creación de importantes museos que enriquecieron la vida cultural mexicana, todos inaugurados en 1964: el Museo Nacional del Virreinato en Tepozotlán, Estado de México; el Museo Anahuacalli, proyectado por Diego Rivera y Juan O’Gorman; y el Museo de Historia Natural en Chapultepec, el Museo de la Ciudad de México, el Museo Nacional de Antropología y el Museo de Arte Moderno, estos últimos diseñados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.

 

 

 

 

 

 

 

No obstante esta actividad de proyección cultural, y aunque no se modificaron las condiciones educativas, las políticas culturales ofrecieron a la museografía, como profesión, una escuela de practicidad, una escuela real, un lugar de encuentro entre la concepción y la materialización: el Museo Nacional de Antropología. Esta vorágine cultural de 1964 permitió la formación y actualización profesional de los más importantes museógrafos del país. Con el liderazgo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, algunos se formaron y otros se consolidaron como profesionistas, entre ellos, Alfonso Soto Soria, Mario Vázquez Ruvalcaba, Iker Larrauri, Jorge Agostoni, Mario Cirett y Gonzalo Celorio.

 

 

El Centro Paul Coremans

En 1967, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, se establece un convenio con la Unesco para crear el Centro Regional Latinoamericano de Estudios para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, y desde ese año se utilizan las instalaciones del Ex Convento de Churubusco.4 En 1968 y por sugerencia de Manuel del Castillo Negrete, su primer director, se conforma el Centro Nacional de Restauración de Bienes Culturales “Paul Coremans”, en reconocimiento a su apoyo, mismo que fue inaugurado el 28 de enero por el Secretario de Educación Pública, Agustín Yáñez, y el Director del INAH, Ignacio Bernal.

 

 

Ex Convento de Churubusco

 

Durante el periodo presidencial de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), se nombra en 1971 al arqueólogo José Luis Lorenzo como director del Centro Churubusco, quien convierte el Centro Paul Coremans en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM).5

 

 

Los primeros cursos de museografía en la ENCRyM, 1972-1978

En noviembre de 1972, durante la gestión de José Luis Lorenzo, el gobierno mexicano establece un convenio con la Subsecretaría de Cooperación para el Desarrollo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para impartir el Curso Interamericano de Restauración de Bienes Culturales y el Curso Interamericano de Capacitación Museográfica, en el conjunto de talleres de la Escuela en Churubusco.

Iker Larrauri es invitado por José Luis Lorenzo a formular el diseño de los cursos y a impartir docencia. El Curso Interamericano de Capacitación Museográfica se convierte así en la primera estructura educativa formal sobre museografía que se imparte en esta escuela. Tenía originalmente una duración de nueve meses y era de tiempo completo.

 

 

 

El programa educativo se componía de las materias: Museología (Iker Larrauri), Administración (Felipe Lacouture Fornelli), Conservación (Luis Torres Montes), Museografía (Alfonso Soto Soria), Práctica de campo (MUCA de la UNAM). En los documentos de este programa se define al museógrafo como el especialista cuyos conocimientos técnicos, preparación académica y/o experiencia le permiten tener como objetivo terminal el diseño y la realización del proyecto museográfico.

El proyecto museográfico, a su vez, era la función medular del museógrafo coordinador del proyecto. Se le perfilaba como “alguien capaz de interpretar el guión museográfico que permite el diseño de circulaciones y de áreas, la distribución del material, el espacio y la conservación de los materiales culturales”. La museografía era concebida como la práctica de la construcción de museos y exposiciones.

Para el segundo curso el programa de estudios se reestructura con cuatro áreas básicas obligatorias: Organización y administración de museos (Felipe Lacouture Fornelli), El museo y sus funciones (Iker Larrauri y Miguel A. Madrid), Montaje museográfico (Rodolfo Rivera), Diseño museográfico (Alfonso Soto Soria) y Laboratorio (Luis Torres). Como materias optativas se ofrecían: el seminario El museo y sus funciones (Miguel Alfonso Madrid) y el seminario de Diseño museográfico (Alfonso Soto Soria).

 

La museografía se definía ahora como la ejecución de tareas técnicas, cuyo resultado final es el montaje de exposiciones de museos y las tareas inversas: desmontar las mismas.

Entre otras operaciones deberán cumplirse, de manera habitual: diseño, producción, colocación y acabado del mobiliario. Montaje fino de piezas de exposición. Empaque, embalaje y traslado de exposiciones y/o colecciones. Control administrativo y técnico de todas las funciones señaladas. Redacción y producción de los guiones técnicos o museográficos, por medio de los cuales se presentarán físicamente las exposiciones de los museos.6

Desafortunadamente en 1978, durante la administración de Gastón García Cantú, el INAH decide cerrar los cursos interamericanos que financiaba (OEA) argumentando que dicho organismo “era conservador y estaba al servicio del poder norteamericano”.7 Se canceló el programa después de haber capacitado a más de 150 alumnos, de los cuales 102 eran alumnos de prácticamente toda Latinoamérica.

 

 

La museografía privada. 1977

Aunque pareciera un dato casual, en 1977 se crea la primera empresa de museografía en el país: Museográfica SC. La trascendencia que tuvo dio un nuevo perfil al quehacer museográfico, y por lo tanto al perfil del museógrafo. Demostró que la práctica de la museografía se podía hacer también desde una óptica privada y profesional. Pionera en este sentido, sus proyectos obtuvieron renombre nacional e internacional. Museográfica, SC inicia su actividad profesional en 1977 con el Museo de Cultura Popular en Sinaloa. En los años ochenta se consolida con la exposición inaugural del Museo Nacional de Culturas Populares, en Coyoacán, titulada El maíz, fundamento de la cultura popular mexicana y con la creación del Museo de Nubia, en Egipto, en 1984, el Museo Arqueológico de Xalapa, Veracruz, en 1986, el Museo de la Isla de Cozumel, en Quintana Roo, en 1987, el Museo de la Cultura Maya, en Chetumal, Quintana Roo, en 1993, Museo Olímpico en Suiza, en 1993, el Museo de Historia Mexicana, en Monterrey, Nuevo León, en 1994, la reestructuración del Museo Nacional de Arte (Munal), en la Ciudad de México, en 2000, la reestructuración del Museo Nacional de la Revolución, en Ciudad de México, en 2002 y el Museo del Tequila y del Mezcal, en Ciudad de México, en 2010, entre otros.

Museográfica SC estaba compuesta originalmente por Jorge Agostoni, Iker Larrauri, Jaime Cama Villafranca y Miguel Ángel Fernández. Tempranas diferencias hicieron que el equipo original se desintegrara al poco tiempo de operación quedándose Agostoni y Larrauri al frente de la empresa. Posteriormente comienzan a surgir diferentes empresas que se especializan en los procesos museográficos profesionales.8

 

 

El segundo acercamiento. Ahora el interés es la museología. 1978-1983

En 1978 la ENCRyM abre un segundo programa, aunque esta vez de Maestría en Museología, que opera hasta 1983. Se trató de un programa controversial, nunca se mantuvo un plan de estudios fijo ni una estructura académica. Unas veces de dos semestres, otras de cuatro trimestres, etcétera.

Folleto promocional. Maestría en Museología, 1982.

 

Era la primera experiencia que buscaba elevar académicamente el trabajo del museo y las exposiciones, pero se topó con el serio problema de la carencia de personal certificado académicamente para otorgar los grados de maestro que suponen estos cursos de posgrado. No obstante, logró dar resultados. Por sus aulas pasaron: Eugenio Sixto, Yani Herreman, Héctor Rivero Borrell y Ery Cámara, entre otros.

La museografía se enseñaba con materias como: Iniciación a la museografía (Felipe Lacouture Fornelli), Diseño gráfico (Héctor Rivero Borrell), Diseño museográfico (Idalia Mendoza Rivera), Prácticas museográficas, Composición museográfica y Mantenimiento museográfico (Alejandro Rojas García). Los cursos fueron coordinados por Alejandro Rojas García y posteriormente por Roberto Alarcón Cedillo.

De 1983 a 1987 de los 34 alumnos atendidos, solo se recibieron 13.

 

Se atendieron 34 alumnos durante las cuatro generaciones en que operó, de los cuales 12 eran extranjeros. Cabe mencionar que de los 34 participantes solo la mitad de ellos logró recibirse, lo que significa una muy baja eficiencia terminal del posgrado.

Esquema de distribución de materias que debía cursar un museólogo

 

Es interesante observar que a diferencia de los Cursos Interamericanos de Capacitación Museográfica, donde todo el espectro del museo era entendido a partir de la museografía y las exposiciones, con esta nueva modalidad lo que imperó ya no era el proyecto museográfico sino la visión museológica, que ubicaba al museo y sus funciones de investigación, conservación, exhibición y educación en el centro, como objetivo principal, donde a la museografía se le incluía pero como parte de la función de exhibición, es decir, en un papel relevante pero complementario.

En 1983 el restaurador Jaime Cama Villafranca asume la dirección de la ENCRyM, cuya gestión termina en 1992. Durante su administración se cierra el programa de la Maestría en Museología.9

El cierre del posgrado generó otro estancamiento en este reglón que va de 1983 a 1987, ya que no existió ninguna oferta académica en esos cuatro años.

 

 

El tercer modelo de acercamiento. Las estrategias para enseñar museografía aplicada. 1987-1994

Para revertir este panorama, en 1987, durante el periodo presidencial de Miguel de la Madrid y siendo Director General del INAH el historiador Enrique Florescano, Jaime Cama implementa en la ENCRyM como estrategia, Coordinaciones Académicas para atender la demanda de especialistas formados académicamente en la atención del patrimonio cultural mexicano que el país estaba requiriendo. Da un nuevo perfil a la Licenciatura y a la Carrera Técnica en Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, a cargo del restaurador Roberto Ramírez Vega; hace lo mismo con el programa de la Maestría en Conservación Arquitectónica de Bienes Inmuebles, a cargo del arqueólogo Eduardo Gamboa y posteriormente del arquitecto Salvador Díaz-Berrio, y con los cursos de Museografía, nivel curso técnico, a cargo de Rodrigo Witker Barra, comunicólogo.

La apuesta era amplia y compleja. El proyecto educativo que se diseñó para el área de museografía intentaba atender a diversas demandas formativas.

Los objetivos se basaban en la idea de que el museógrafo es el gestor que conduce los procesos y la museografía, y por lo tanto, los procedimientos, las técnicas, las herramientas y los materiales que emplea para desarrollar las exposiciones. Entender al museo a partir de las exposiciones. Esto era la museografía aplicada.

Otro aspecto fundamental fue la práctica, que se desarrollaba a partir de un caso real identificado en la realidad mexicana.

La propuesta contenía tres estrategias:

 

El Curso de Museografía Aplicada. 1987-1994

La primera estrategia se centraba en la idea de que la museografía es la puerta de entrada y es el eje sobre el que giran las otras actividades del museo. Estaba compuesta por tres módulos cuatrimestrales: 1) Introducción al museo, 2) Los contenidos del museo y 3) Práctica museográfica, que comprendían 1,100 horas de clases y 21 materias de las cuales ocho eran teóricas y trece prácticas. Establecía además, como requisito de ingreso, dos exámenes, uno de cultura general y otro de habilidades manuales y conocimientos técnicos, y una carga académica de medio tiempo, cinco días a la semana de 4 a 9 pm, así como la realización de cien horas de servicio social en algún museo.

Folletos promocionales del Curso de Museografía Aplicada de 1987, 1992 y 1994.

 

Los objetivos de este curso eran que el alumno al finalizar el curso fuera capaz de elaborar y ejecutar un proyecto museográfico que incluyera: la planeación (investigación, colección, tiempos, guión científico, clima y humedad); el diseño (guión museográfico, circulación, iluminación, mobiliario y gráficos); la producción (elaboración y construcción de elementos museográficos); y el montaje (general y especializado), a través de diversos talleres como carpintería, serigrafía, fotografía, etcétera.

Para llevar a cabo estos cursos se invitó a destacados profesionistas del medio, lo que dio como resultado una vasta y enriquecedora mezcla de experiencias y nuevas proyecciones. En la lista de profesores se encontraban: Iker Larrauri, Felipe Lacouture, Yani Herreman, Alfonso Soto Soria, Miguel A. Madrid, Miguel Ángel Fernández, Luis Gerardo Morales, Eri Cámara, Graciela Schmilchuk, Ofelia Martínez, Alejandro Aguilar, Carlos Vázquez Olvera, Tere Mora Vázquez, Idalia Mendoza, Frida Gorbach, Teresa Margolles, Marco Barrera B., Salvador Díaz-Berrio, Roberto Cuétara, Ángel Cabrera V., Sergio A. Montero, Luis Torres M., Miguel Ángel Corona, Víctor Palacio Pastrana, Rubén Rocha, Sergio Sánchez y María del Carmen León G., entre otros.

El programa de estudios consideraba como parte esencial de la formación académica la práctica museográfica. Para su diseño se identificaba un problema que acontecía precisamente en la realidad museológica nacional y, a partir de ello, se diseñaban los contenidos de las materias y los contenidos de los cursos que giraban en torno a él. Los alumnos debían participar de principio a fin. De esta manera se complementaba y corregía lo aprendido en clases.

Esquema conceptual con el que se aborda la formación museográfica.

 

 

Cursos de Capacitación Museográfica en Provincia. 1990-1994

La siguiente estrategia era todavía más ambiciosa; se basaba en hacer comprender que la museografía es parte esencial de la vida del museo, como también lo son la comunicación y la educación, la museología, la investigación, la documentación y la conservación de los bienes culturales. Estaba dirigido fundamentalmente al personal de los museos de cada región. Tenía una duración de 180 horas, comprendidas en seis semanas, medio tiempo.

Al ser la museografía el eje sobre el que giraban estos cursos, las materias se diseñaban según las condiciones que determinaban el problema real que se debía resolver a partir de las exposiciones museográficas. Se tenía que desarrollar una exposición como proceso. Para ello los alumnos debían planear, investigar, producir y montar la exposición final, asesorados por sus profesores.

Se logró trabajar con colecciones de los propios museos. El personal docente de base que desarrolló el proyecto estaba compuesto por: Felipe Lacouture, Graciela Schmilchuk, Teresa Mora, Luis Torres, Rodrigo Witker y Ángel Cabrera. Además se experimentó con la formación de docentes. Muchos de los alumnos egresados de los Cursos de Museografía Aplicada apoyaron en el proceso, sobre todo en la fase de montaje museográfico.

Se utilizaron estrategias complementarias como el volumen: Antología. Primer curso de capacitación museográfica, con más de veinticinco artículos para consulta y posterior uso en el trabajo museográfico.

 

Primer Curso de Capacitación Museográfica

En 1990 se lleva a cabo por primera vez en Oaxaca. Se capacita al personal de museos comunitarios, museos del gobierno del estado, del INBA, del INAH, en total 31 alumnos. Gracias a las gestiones de Cuauhtémoc Camarena y Teresa Morales se realiza la exposición temporal: Mascaras: magia y religión en madera, en la sala de exposiciones temporales del Museo Regional de Oaxaca.

 

 

 

Segundo Curso de Capacitación Museográfica

Se realiza en Villahermosa, Tabasco, en 1991. Se trabaja con 30 alumnos de museos del estado y se lleva a cabo la exposición temporal Navegantes del pasado, con colecciones del Museo Regional gracias a las gestiones de César Javier Quero.

 

 

 

Tercer Curso de Capacitación Museográfica

El curso se llevó a cabo en Veracruz en 1992. Participan trabajadores de museos del estado y estudiantes universitarios, en total 35. Se trabaja en conjunto con el Centro INAH-Veracruz. El proyecto final fue la exposición temporal en las salas del fuerte de San Juan de Ulúa.

 

 

 

Cuarto y quinto Cursos de Capacitación Museográfica En 1993 se realiza en Ciudad Juárez, Chihuahua, con la exposición Temporal Paquimé: magia en barro en el Museo Histórico, ex aduana del INAH. Y en 1994 en el Estado de México, enfocado al personal de museos, que hacen su práctica en el Ex Convento de Acolman.

En total con este programa se logró capacitar y actualizar a 143 alumnos.

Antología de textos básicos de museología y museografía para los Cursos de Ciudad Juárez, Chih. 1994 y Estado de México, 1995.

 

El Curso Interamericano de Capacitación Museográfica. 1990-1992

La tercera estrategia se implementa desde 1990. Después de haber firmado un convenio entre el INAH-ENCRyM y la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, que becaban a los participantes, se desarrolla el Curso Interamericano de Capacitación Museográfica. Se trabaja con un promedio de 25 alumnos cada año. Estaba centrado en alumnos del Caribe y Centroamérica: Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Puerto Rico, Belice, El Salvador y República Dominicana. Los objetivos eran que el alumno conociera los principios básicos, la metodología y los criterios generales de aplicación de las disciplinas que convergen y hacen funcionar y desarrollarse a un museo, considerando como prioritario el futuro trabajo de conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural de cada nación.

 

 

El plan de estudios contemplaba trece materias de las cuales siete eran prácticas: Espacio arquitectónico, Diseño gráfico, Diseño de mobiliario, Museografía, Montaje museográfico y Mantenimiento museográfico. Las materias teóricas incluían: Museología, Comunicación, Investigación y documentación, Conservación preventiva y Guionismo. La duración era de 428 horas, de tiempo completo, en un periodo de dos meses y medio.

Los docentes fueron: Alejandro Aguilar, Marco Barrera, Gilda Cárdenas, Ángel Cabrera, Fernando Félix, María del Carmen León García, Abner Gutiérrez, Concepción García, Felipe Lacouture, Leonardo Meraz, Teresa Mora, Víctor Palacio, Federico Rivera, Miguel Ángel Silva, Luis Torres, Fernando Torres y Rodrigo Witker.

Producción y montaje de la exposición temporal: La Virgen María en Acolman, realizado en la sala de profundis por los alumnos.

 

El laboratorio museográfico de Acolman: el más completo modelo de enseñanza, 1990-1992

Otra estrategia implementada en este periodo se desarrolló con lo que a la postre fue el punto máximo en la formación profesional de museógrafos con el esquema de la museografía aplicada. Se trató del proyecto realizado por la ENCRyM para rescatar el Ex Convento de San Agustín de Acolman, en el Estado de México, y convertirlo en un laboratorio de experimentación profesional para los alumnos de todas las carreras de la escuela. La idea era complementar de manera rotunda el proceso formativo de los especialistas en el manejo del patrimonio cultural, interviniendo directamente en un espacio y con colecciones reales. Se consideraba el trabajo interdisciplinario como básico y fundamental.

 

Antecedentes

Durante la gestión de Roberto García Moll se nombra a Jaime Cama Villafranca como coordinador del proyecto de restauración del ex Convento de Acolman. La intención era incluir en sus instalaciones un restaurante de época con el fin de darle un uso principalmente turístico al inmueble una vez restaurado. Jaime Cama Villafranca insiste en la propuesta de convertir sus espacios en talleres, aulas y salas expositivas para que la ENCRyM se convirtiera en la primera dependencia del INAH en ofrecer esta complementariedad de “laboratorio”11 a los inmuebles restaurados.

Inmueble

En 1539 la Orden de San Agustín comienza a construir su complejo arquitectónico en el que destaca la fachada, considerada por los especialistas como una de las joyas del plateresco en América. De los pocos conventos que disponía de capilla abierta y que desde 1933 tenía declaratoria de Monumento Nacional.

 

 

 

El proyecto académico abarcaba también la infraestructura con el fin de dotarlo de lo necesario para impartir docencia incluyendo la opción de pernoctar en el Ex Convento.

Se construyeron talleres de serigrafía, carpintería y acrílicos. Igualmente dormitorios, baños y comedores.

 

Los alumnos de la Licenciatura en Conservación y Restauración de Bienes Muebles se responsabilizaron de la restauración de las colecciones y los alumnos de los Cursos de Museografía del diseño, producción y montaje del museo.

 

El Museo de Acolman

La exposición permanente del Museo de Acolman, elaborada desde 1990 e inaugurada en 1992, estuvo abierta un año pues fue cerrada en 1993.

Se trató de un diseño interdisciplinario cuya resolución final correspondió a los alumnos de los Cursos de Museografía de la ENCRyM. Se respetó en su totalidad el inmueble, la pintura mural, las bóvedas y la espacialidad interna y externa. Se construyeron muebles para exhibir pintura de caballete de mediano formato, esculturas de bulto, atuendos religiosos y objetos menores en contenedores de cristal con cuatro vistas.

Estructuras metálicas para soportar las Tablas de Acolman, una serie de cinco pinturas que, al igual que toda la colección exhibida, fueron restauradas por alumnos de la ENCRyM. Imágenes donde se aprecia que algunos objetos fueron expuestos de forma más segura con capelos o, al fondo, casulla, estola y manípulo en vitrinas con cristales.

Con esta exposición se logró demostrar que la formación académica se complementa con esta opción de uso y experimentación práctica.

 

 

Una última estrategia

Para consolidar todas estas experiencias de enseñanza se crean y promueven instancias de debate en torno a la museografía y la museología. En mayo de 1990 la Coordinación del Área de Museografía realiza el simposio: Patrimonio, museo y participación social, en el auditorio del Museo Nacional de Antropologìa.

El objetivo principal fue la participación de los usuarios en la apropiación, relación y uso del patrimonio cultural y el papel que dentro de esto desempeña el museo. Con el auspicio de la OEA se realizó este encuentro donde especialistas internacionales (Brasil, Argentina, Francia) debatieron con sus pares nacionales desde una perspectiva interdisciplinaria. Se trabajó en cuatro mesas de trabajo: “Los edificios históricos. Usos y nuevos usos”, coordinada por Ramón Bonfil Batalla; “Comunidad y museo”, coordinada por Graciela Schmilshuk; “Patrimonio mundial y sus usuarios”, coordinada por Salvador Díaz-Berrio y “La investigación y la documentación de los bienes culturales”, coordinada por Carlos Vázquez Olvera.

En 1993, el INAH, en su Colección Científica, publica las ponencias del simposio. Con más de cincuenta ponencias destacan textos de Néstor García Canclini, Cristina Payán, Sergio Zaldívar, Mathilde Bellaigue, Cuauhtémoc Camarena y Teresa Morales Lersch.

Gran parte de esta experiencia fue recuperada años después, en 2008, cuando se crea el Seminario Permanente de Museología de América Latina (Sepmal) que en 2017 cumplió 10 años.

Ramón Bonfil Batalla, Graciela Schmilshuk, Salvador Díaz-Berrio, Carlos Vázquez Olvera

 

 

El Curso de Especialización en Museos: 1993-1994 y el contexto nacional

A la salida de Jaime Cama Villafranca de la dirección de la ENCRyM en 1992, se suceden, como en todo cambio administrativo, modificaciones estructurales y académicas. De 1993 a 1994 cubre interinamente la dirección José Luis Galván Madrid hasta el nombramiento de Mercedes Gómez Urquiza, quien dirige la escuela de 1994 a 2002.

De 1993 a 1994 se originan diversos cambios que impactan a la ENCRyM, particularmente a la Coordinación del Área de Museografía, ya que la Secretaría de Relaciones Exteriores deja de apoyar los Cursos Interamericanos de Capacitación para Centroamérica y el Caribe; además y el INAH suspende los Cursos de Provincia. En este contexto, el museógrafo Fernando Félix V. es nombrado como nuevo responsable de la coordinación académica.12 En este ciclo se ofrece una nueva versión del Curso de Museografía con la intención de transformarlo en Especialidad en Museos, sin embargo, solamente opera un año. El objetivo era enseñar y capacitar a especialistas para laborar en los museos, de acuerdo con su profesión o formación. Profesionalizarlos en una de las dos áreas del museo: la museológica o la museográfica. La realización de un proyecto museográfico desde la planeación hasta el montaje final se planteaba como básica para la formación interdisciplinaria y el sustento del trabajo en museos, así como la materialización en la ejecución de los conocimientos adquiridos. Lo cursaron 24 alumnos, de los cuales 18 eran nacionales, y se logró integrar a la planta docente a alumnos de cursos anteriores.

En 1993 también empiezan a surgir nuevos escenarios educativos en el país, entre ellos la Universidad Iberoamericana, que ante la opción de impactar en un nicho de oportunidad de estudios de posgrado y aprovechando la plataforma que ofrecía su Departamento de Arte, abre la Maestría en Museos y la Especialidad en Museos, que se ofrecen hasta 2004. Los estudios de posgrado, la Maestría en Museos13 y en Estudios de Arte, compartían materias, profesores y proyectos prácticos, y promovían la interdisciplinariedad. Las materias abordaban la museografía, aunque la intención fundamental era museológica, con la idea de un perfil del egresado como un gestor y un curador.

 

 

El Curso de Especialización Museográfica (1994-1997) y el contexto nacional

En 1994 la arqueóloga Elba Estrada asume la conducción de la Coordinación Académica de Museografía, cargo que desempeña hasta 1997.

Se hacen mínimas correcciones al programa de estudios anterior y, lo más importante, de nuevo se vuelve la mirada a la museografía como eje educativo. Con este esquema se atendieron a 64 alumnos, de los cuales 58 eran nacionales. Los extranjeros procedían de Europa y América del Sur.

Para 1997 y con la intención de retomar el papel protagónico de la ENCRyM en la formación de profesionales de museos, el historiador Carlos Vázquez Olvera asume la Coordinación Académica de Museografía, quien la ejerce hasta 2002, año en que finaliza el periodo de la directora Mercedes Gómez Urquiza.

La principal actividad de la administración de Vázquez Olvera se enfocó en retomar el registro de la Maestría en Museología y ofrecerla nuevamente a partir de 2002. Después de estar cerrada por 14 años, desde 1987, se propuso un renovado plan de estudios. Nuevamente para este programa se invitó a Iker Larrauri, así como a Mercedes Gómez Urquiza, Daniel Camacho y Ángel López Mota.

La duración era de dos años, cuatro semestres, y cursaron cuatro generaciones con un total de 55 alumnos. Obviamente el interés estaba centrado en la museología, es decir, el museo y el museólogo como eje de la operación del museo. La museografía fue replanteada como un procedimiento más dentro del proceso de hacer exposiciones sobre patrimonio cultural a los visitantes.

De las dieciocho materias que integraban el plan de estudios, solo dos eran museográficas: Exposiciones (Héctor Rivero Borrell) y Materiales: técnicas y equipos museográficos (Manuel de la Torre y Gerardo Ramos). Con el tiempo se incluyeron materias como Análisis y uso del espacio expositivo y Seminario taller de planeación y desarrollo de exposiciones. El programa se mantuvo vigente hasta 2003, en que fue sometido a evaluación.

El contexto por esos años se tornaba más competitivo. En 2000, la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ofrece el Curso de Diseño y Planeación de Proyectos Museográficos; tenía una duración de 96 horas, dos días a la semana (viernes y sábados). Durante los tres años en que se impartió (2000-2002) se capacitaron a 58 alumnos. El personal docente estaba compuesto por experimentados profesionistas y académicos: Karen Cordero, Ery Cámara, María del Carmen Castro, Alejandro Sabido, Patricia Real F., Roberto Ramírez y Rodrigo Witker, entre otros.

En 2005 se comienzan a impartir cursos de museografía en Puebla, en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). En los primeros años se llamó Diplomado en Diseño y Gestión de Exposiciones, diseñado para atender la demanda local. La museografía era enseñada destacando sus aspectos de diseño y gestión. Basaba sus contenidos en la idea de que el proyecto final era la experiencia sobre la que se evaluaban los procesos de enseñanza-aprendizaje.14 En los siguientes años la museografía ha sido enseñada por la BUAP como parte fundamental del quehacer del museo, pero con la idea de enriquecer sus procedimientos, de establecer vínculos con otras áreas, como la curaduría, incorporando la discusión sobre su futuro y proyección, pensándola incluso como museografía compleja.15 El personal docente es amplio y experimentado, de instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras. El programa de los Diplomados en Museografía sigue vigente.

Diplomados de la BUAP
Diplomado en Diseño y Gestión de Exposiciones, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009; Diplomado en Diseño de Discursos Museográficos, 2010; Diplomado en Museografía Compleja, 2015; Diplomado en Curaduría contemporánea, 2016 y Diplomado en Gestión Museográfica, 2017.

 

 

Especialidad en Museografía. 2002-2007

Antes de concluir su gestión Carlos Vázquez Olvera reelabora los programas de la Especialidad en Museografía, que inicia actividades formalmente en el 2002. El restaurador Arturo de la Serna era el responsable de la Coordinación de Museografía.

Para 2004 Yleana Calderas es nombrada Coordinadora del Área de Museografía. El programa de estudios es nuevamente revisado y modificado. Por primera vez se realizan cursos propedéuticos a los alumnos seleccionados, exámenes de ingreso y requisitos de permanencia, entre otros.

El programa de estudios estaba compuesto por cuatro trimestres: 1. Introducción y planeación, 2. Técnicas y tecnología, 3. Diseño museográfico y 4. Organización museográfica. Era condición indispensable participar en la elaboración de un proyecto expositivo de forma integral. Su principal objetivo era formar especialistas con conocimientos, habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes necesarias para generar y realizar propuestas expográficas de carácter innovador y creativo en diferentes espacios expositivos. En 2006 se renueva esta versión de estudios.

 

 

La Especialidad en Museografía 2007-2015

En 2007 asume la dirección de la ENCRyM Liliana Giorguli Chávez, restauradora, quien somete a revisión la Especialidad en Museografía y la Maestría en Museología con la idea de optimizar recursos y dar nuevas proyecciones y aproximaciones a la museología y a la museografía en particular.16

De esta revisión surge la propuesta de que Gabriela Gil Verenzuela, historiadora del arte, dirigiera el Área de Museografía de la escuela.

Los programas de la Especialidad fueron sometidos a una profunda reestructuración con la ayuda de pedagogos, profesores, profesionistas y empleadores. Esto dio como resultado un programa de Especialidad en Museografía con un nuevo plan de estudios cuya misión se centraba en contribuir a la profesionalización de especialistas en la conceptualización, diseño, planeación, realización y evaluación de proyectos museográficos, a través de la aplicación de un cuerpo teórico actualizado, y del conocimiento y uso de distintas herramientas del campo curatorial, de la conservación y la gestión de exposiciones. Dicho programa se reabrió en 2010 pero la primera generación ingresó en 2011.

De 2010 a 2015 el arquitecto Andrés Triana asume la Coordinación del Posgrado en Museología. Como todos los programas de estudio, estas especialidades académicas son sometidas a revisiones en búsqueda de su optimización.

Primer esquema para el diseño del plan de estudios.

Segundo esquema para el diseño del plan de estudios.

 

 

 

La Maestría en Museología 2007-2015

Para el nuevo programa de la Maestría en Museología, el diseño curricular proponía fortalecer los procedimientos para mejorar los niveles de eficiencia terminal; aproximadamente uno de cada diez alumnos se titulaba. Ahora se trabajaría durante los cuatro semestres las materias de Seminario de Investigación y Seminario de Titulación.

Mapa curricular del nuevo programa de estudios.

Como se observa en el esquema, tanto la materia de Museología como Museografía se ubicaron con la misma carga horaria; se les otorgó una importancia similar, una no existe sin la otra. En los contenidos de museografía específicamente se abordan temas de planeación museológica en el primer semestre y de planeación museográfica en el segundo. Como novedad ofrecía a los alumnos la opción de materias optativas como: Estudios de públicos, Estudios culturales, Contenidos contemporáneos de museología, Gestión de museos y Documentación, de las cuales tres podían ser seleccionadas de acuerdo con sus intereses y expectativas. Asimismo se incluía de forma obligatoria la realización de una Práctica profesional durante dos semestres para ir integrando al alumno en el terreno profesional. El propósito: una educación integral de profesionales que cuenten con una formación amplia y sólida de alta capacidad crítica, metodológica y práctica para el ejercicio en el ámbito museal, particularmente en lo que se refiere a la conservación, investigación y comunicación del patrimonio cultural.

 

 

Curso Internacional de Museografía y el contexto nacional

Quizás el encuentro más reciente entre la academia y la museografía se dio a finales del 2013 cuando se realizó el Curso Internacional de Museografía que reunió a especialistas nacionales y extranjeros para actualizar a 23 alumnos y profesionistas sobre temas museográficos. Así, impartieron clases, conferencias y talleres, Juan Carlos Rico, de España, Marcello Dantas, de Brasil, Paula Dever, de Colombia, así como los museógrafos mexicanos Marco Barrera, Ofelia Martínez, José Enrique Ortiz Lanz, Sebastián Soto Olmos, Fernando Félix V. y Rodrigo Witker Barra. Un hecho destacado de este curso internacional fue la introducción del taller como estrategia docente conducido por Juan Carlos Rico, basado en el análisis de la percepción visual, en el Museo del Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México.

El taller se llevó a cabo en más de cuarenta horas que incluían visitas, sesiones de discusión y análisis, presentaciones y correcciones grupales, y concluyó con la entrega de los proyectos finales que fueron publicados por la ENCRyM en sus publicaciones digitales.

En el panorama de ese periodo comprendido en los años (2010 a 2013), aparece otra oferta a nivel posgrado, en el Centro de Cultura Casa Lamm, en Ciudad de México. La Especialidad en Gestión Museográfica17 proponía enseñar la museografía como un acto de gestión, como una serie de procesos: Gestión patrimonial, Gestión curatorial, Gestión de colecciones, Gestión de exposiciones, Gestión de museos, Gestión de la comunicación y la educación y Gestión de la producción museográfica.

 

Tenía una duración de dos semestres, con diez horas semanales, tres días a la semana y medio tiempo. El alumno debía realizar un proyecto cultural y/o expositivo a manera de tesina para obtener el grado. Dicha especialidad la cursaron 38 alumnos. En el 2013 se cerró el programa.

 

 

 

Consideraciones finales

Los inicios de la relación academia-museografía, que van desde comienzos de los años cuarenta hasta principios de los cincuenta con los programas de la ENAH, se caracterizaron por una búsqueda de identidad profesional y por manifestar la importancia del trabajo que implica el comunicar a través de las colecciones que conforman el patrimonio cultural del país. Las prácticas profesionales del quehacer de la vida profesional ayudaron en mucho a la definición del perfil de aquel que se dedica a la práctica de hacer museos y de hacer exposiciones museográficas. Experimentaron con materias teóricas, materias prácticas, y lo más importante, con las prácticas profesionales en escenarios reales: el Museo Universitario de Ciencias y Artes, el Museo de Artes e industrias Populares y el Museo Nacional de Antropología.

En una segunda etapa, que va de principios de los años sesenta y finales de los setenta, la ENCRyM propone a la museografía como objetivo de formación de manera contundente. Se busca capacitar al personal de museos considerando a las exposiciones como la actividad fundamental de los mismos. El egresado es alguien que conoce las funciones del museo, pero su principal actividad se concentra en realizar exposiciones.

En un tercer periodo, de finales de los años setenta y principios de los ochenta, hay un giro en los objetivos formativos. El museo y la museología vuelven a convertirse en el eje rector, y la museografía es enseñada otra vez como supeditada a la museología. Así, la museografía pierde su característica práctica y el proyecto museográfico ya no es el motivo principal de la formación.

Para finales de los años ochenta y mediados de los noventa la enseñanza de la museografía vuelve a ser patente, la idea era capacitar en torno a un nuevo concepto: la museografía aplicada, donde el museógrafo domina y conduce los procesos de diseño, instalación y mantenimiento de las exposiciones. El concepto de museografía aplicada implicaba implementar los procesos docentes a partir de ofrecer soluciones al proyecto práctico identificado en la realidad museológica nacional.

Al término de los años noventa y hasta la segunda década del 2000, los programas de la ENCRyM se modificaron con la idea de ofrecer tanto Museografía, a nivel de especialidad, como Museología a nivel maestría, ambos validados como estudios de posgrados. Actualmente siguen vigentes y son los únicos ofertados a nivel nacional.

Después de todo lo revisado, la pregunta obligada es: ¿cómo asumir entonces, en nuestros días, la enseñanza de la museografía?

Surgen así algunas recomendaciones para el diseño de los programas de estudio:

 

Notas al pie

1 Aunque el reconocimiento oficial se otorga hasta 1947.

2 Datos tomados del texto de Carlos Vázquez (2010), “Un acercamiento al inicio de la enseñanza de la museografía mexicana en la ENAH”, Gaceta de Museos, México, INAH.

3 Palabras de Sergio A. Montero, Decano de la ENCRyM, en Olive, Julio César (1988), INAH: una historia, México, INAH.

4 Edificación fundada en el siglo XVI, primero franciscana y, posteriormente, habitada por misioneros dieguinos descalzos. Fue el bastión de resistencia, en 1847, ante el batallón irlandés de San Patricio durante la intervención estadounidense. En 1981 se crea el Museo Nacional de las Intervenciones en parte de sus instalaciones.

5 José Antonio Pérez Gollán (1977), “José Luis Lorenzo, una vida en el exilio”, Trabajos de Prehistoria, núm. 54, México; y Vázquez, Carlos (2008), “Un acercamiento a la enseñanza de la museología-museografía en las escuelas del INAH”, Memorias del Sepmal, México, ENCRyM.

6 Folleto promocional de los Cursos Interamericanos de Capacitación Museográfica, México, 1972.

7 Palabras de Jaime Cama Villafranca (2016), entrevista videograbada, México, ENCRyM.

8 Se crean empresas como Margen Rojo, Estudio Museográfico, Sueños y Quimeras, Papalote, Siete Colores, Taller de Museografía y Silicio, entre otras.

9 “Se trataba de un proyecto que estaba ‘viciado’”, argumenta Jaime Cama Villafranca en entrevista videograbada, México, 2016.

10 Invitación expresa del profesor Miguel Ángel Fernández, quien coordinó el proyecto de creación del Museo del Templo Mayor.

11 Por esa época Soto Soria se refería al Laboratorio de Acolman como una excelente estrategia en apoyo a la formación museográfica, en Adriana Malvido (1992), “El objeto y la mirada”, Memoria de Papel, año 1, núm. 2, México, Conaculta.

12 Dice Carlos Vázquez: “En esa época, 1993, se dio un cambio en la Coordinación de Museografía de la ENCRyM, el licenciado Witker entregó la responsabilidad académica”, en “Un acercamiento a la enseñanza de la museología-museografía en las escuelas del INAH”, Memorias del Sepmal de 2008, México, ENCRyM.

13 En el diseño del plan de estudios participaron Miguel Ángel Fernández, Salvador Rueda S., María Estela Eguiarte, Mónica Martí C. y Rodrigo Witker Barra.

14 Se trabajaron proyectos como la reestructuración del Museo Universitario “Casa de los Muñecos” en 2005 y la reestructuración de la ex fábrica La Constancia Mexicana en 2006.

15 Se han atendido hasta la fecha a 85 alumnos de diversas instancias culturales y educativas del estado de Puebla. 2015.

16 La revisión fue realizada por Rodrigo Witker Barra y Gabriela Gil Verenzuela en 2007. Posteriormente se integran Luis Gerardo Morales y Andrés Triana.

17 Folleto promocional y documentos constitutivos presentados ante la SEP, México, Casa Lamm, 2009.

18 “Sistema” según lo propone Niklas Luhmann, Teoría de los sistemas sociales, Chile, UIA, col. Teoría Social, 1998.

19 Dos hechos reales: desde hace muchos años el INAH no pondera en la contratación de museógrafos para sus propios museos a los egresados de la ENCRyM. Por otro lado, para ingresar por ejemplo al Museo Soumaya, no se requiere haber estudiado museografía, solo ser restaurador de bienes culturales.

20 Durante el 2015 el Instituto Mora de la Ciudad de México comenzó a estudiar la idea de una salida terminal para los alumnos de Historia, precisamente de museografía.

21 En algunos museos de América Latina ya no se habla de exposiciones permanentes o temporales sino de exposiciones de larga o corta duración, que suena más apropiado. Incluso el término de bodega de colecciones se está sustituyendo por el de bóveda de colecciones.

22 Santacana I. Mestre, Joan (2011) Museos de historia. Entre la taxidermia y el nomadismo. Guijón, Ed. Trea.

23 Hernández Hernández, Francisca (2010). Los museos arqueológicos y su museografía. Guijón, Ed. Trea.

24 Rico, Luisa Fernanda Rico y otros (2007). Museología de la ciencia. 15 años de experiencia, México: UNAM.

25 Metodologías desarrolladas ambas por Joan Santacana y su equipo: (2011). Claves de la museografía didáctica. Lleyda: Editorial Milenio; (2005) Museografía didáctica. Barcelona: Ariel Patrimonio, y (2010) Manual de museografía interactiva. Guijón, Ed. Trea.

26 El concepto de taller-laboratorio lo ha desarrollado Juan Carlos Rico en diversas universidades internacionales; en México lo trabajó en el 2012 en el Curso Internacional de Museografía que diseñamos para la ENCRyM y ese mismo año se publica de forma digital. También lo expone en su libro La enseñanza de la museografía. Teoría, métodos y programas.

 

 

 

Bibliografía

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Como citar esta colaboración:
Apellido, nombre (año), “Título del artículo”, en Archivo Churubusco, año 2, número 3, disponible en -dirección en internet-, consultado -día, mes, año-.



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