DÍA A DÍA
Figura 1. Principio de la cámara oscura
©Wikipedia
Como cuenta Beaumont Newhall (2002: 9), el principio de la cámara oscura es conocido desde hace mucho tiempo: el ser humano descubrió que una imagen invertida con respecto de lo observado en el exterior se forma sobre la pared de un cuarto completamente oscuro cuando en la pared del otro extremo hay un pequeño agujero por el que penetra la luz.
El uso de lentes de vidrio en la cámara oscura, implementados desde el siglo XVII, logró conferir a la imagen mayor ángulo de visión y detalle. La cámara oscura pasó a ser, de ese modo, un equipo que sirvió a los artistas para la creación de grandes obras maestras (Newhall, 2002).
La copia de la realidad que se lograba a través de la cámara oscura todavía no alcanzaba, sin embargo, a ser un espejo de ésta. Sólo permitía aproximarse a una imagen que cambiaba, mientras que la realidad y el deseo de capturarla, fijarla e inmortalizarla siempre estuvieron patentes.
Figura 2. Niños mirando una escena del exterior mediante la cámara oscura
©Photos.com/Thinkstock
Con el descubrimiento de su “escotóforo”, Johann Heinrich Schulze, científico alemán, fue de los pioneros en observar el efecto que la luz del sol tenía sobre las sales de plata. Lo que hizo fue realizar un compuesto de carbonato de calcio disuelto en una solución de nitrato de calcio con impurezas de plata que, al ser impactado por la acción lumínica del sol, se oscurecía (Newhall, 2002).
Por su parte, partiendo de la experimentación de Schulze, el inglés Thomas Wedgwood fue la primera persona que logró fijar una imagen al colocar objetos sobre un soporte de cuero o papel, previamente sensibilizado con nitrato de plata, y exponerlo a la luz. Sus experimentos, sin embargo, no lograron crear una imagen perdurable, pues ésta terminaba por oscurecerse y perderse con la exposición lumínica prolongada (Newhall: 13).
Fue el inventor francés Joseph-Nicéphore Niépce, según lo relata Newhall (2002), el primero que, en 1827, logró capturar la imagen producida desde la cámara al fotosensibilizar papel con cloruro de plata: obtuvo lo que hoy en día conocemos como “negativo”, imagen en la que la escala tonal resulta inversa a como se percibe en la realidad. Tras dar a conocer sus logros, Niépce formó una sociedad con el artista Louis Daguerre, quien a la muerte de su socio patentó como propia la técnica que ambos desarrollaron, la denominó daguerrotipo.
Figuras 3. Joseph Nicéphore Niépce (1827). Vista desde la ventana en Le Gras
©Wikipedia
Figura 4. Imagen en negativo y en positivo
Diseño a partir de las fotografías de Henry Fox Talbot
© Mónica del Collado
A la par de la invención del daguerrotipo, en Inglaterra el científico Henry Fox Talbot también experimentaba con la fotografía. En 1833 descubrió el método para hacer una copia en positivo a partir de una imagen en negativo, a la que denominó “sombrografía” o “dibujo fotogénico”. Con dicho descubrimiento, Talbot dio origen al sistema de producción fotográfico negativo-positivo. Sin embargo, el científico dio tratamiento a las imágenes con una solución salina de yoduro de potasio, que si bien reducía la sensibilidad de los haluros de plata no la erradicaba por completo (Newhall, 2002).
Años más tarde, el científico alemán John Herschel descubrió que el tiosulfato de sodio, conocido como “hipo”, fijaba las imágenes. Es decir, eliminaba las sales de plata no expuestas y evitaba su reacción con la luz, lo que daba la permanencia de la imagen formada sin que toda ésta se ennegreciera y perdiera. Por consejo de Herschel, Talbot usó el hipo y logró fijar de forma permanente sus imágenes (Newhall, 2002).
Desde sus orígenes, las fotografías han estado conformadas por distintos materiales (véase Soportes, aglutinantes y materiales fotosensibles) pero en su mayoría las imágenes positivas han tenido como soporte el papel. Con excepción de los positivos directos, imágenes que se producen desde la toma en cámara (daguerrotipo, ambrotipo, ferrotipo), durante todo el siglo XIXy principios del siglo XX las impresiones se producían por contacto, esto es, una imagen en negativo, usualmente alojada sobre un soporte transparente de vidrio o plástico, se colocaba directamente sobre otro soporte con material fotosensible y por exposición lumínica a la radiación ultravioleta producía una imagen positiva (Valverde, 2003). A través de dicha técnica se alcanzan ondas cortas del espectro de luz, lo que produce partículas de plata fotolítica y refleja tonos cálidos.
Figura 5. Método de impresión por contaco
© 2019 Artspace LLC
En la segunda década del siglo XX se popularizó la impresión fotográfica por revelado. Con ese método se genera, tras una exposición lumínica breve, una imagen latente e invisible que para visibilizarse y convertirse en plata metálica necesita pasar por un tratamiento químico de revelado. El tipo de plata formada es filamentaria, la cual alcanza ondas largas del espectro de luz y refleja tonos más fríos (Valverde, 2003).
Durante el siglo XIX ya se conocía la impresión por revelado, pero la técnica se usó para negativos y positivos directos, y para generar positivos cuando las condiciones climáticas imposibilitaban la impresión directa.
Figuras 6. Vista en aumento de carte de visite, impresión de plata-gelatina por contacto con tonos cálidos
©2019 Image Permanence Institute (IPI)
Figura 7. Vista en aumento de carte de visite, impresión de plata-gelatina por revelado con tonos fríos
©2019 Image Permanence Institute (IPI)
Newhall, B. (2002). Historia de la fotografía. Barcelona: Gustavo Gili.
Valverde, M. F. (2003). Los procesos fotográficos históricos. México: Archivo General de la Nación.