Bárbara Martínez del Campo Pineda
Para desarrollar este ensayo iniciaré por explicar brevemente el contexto de Tlayacapan, después mencionaré un poco sobre la historia de vida del ex convento de San Juan Bautista y la problemática que gira alrededor de éste. Enseguida expondré la metodología que he decidido utilizar para abordar el tema y por qué la elegí. Concluiré buscando establecer un análisis sobre la importancia de tener una metodología para abordar un objeto de estudio dentro del campo de la restauración.
Se considera que los primeros habitantes de Tlayacapan fueron los olmecas, debido a los hallazgos de don Francisco Plancarte y Navarrete, quien descubrió la existencia de figurines con rasgos olmecas en Hidalgo, Chalco, Ameca, Tlayacapan y la parte norte del estado de Morelos. En cuanto a su contexto, en la época prehispánica la actividad comercial era de gran importancia debido a que Tlayacapan se encontraba en el paso a Tenochtitlan y las regiones del sur, y el lugar donde hoy se localiza el ex convento de San Juan Bautista fue un centro ceremonial.
La construcción del convento de San Juan Bautista inició en 1534. En 1996 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad funciona como museo, en el que se exponen los frescos creados por los frailes agustinos, quienes fueron los evangelizadores del municipio; también se exponen las momias que se descubrieron en la nave mayor de la iglesia. Éstas tienen un papel muy importante debido a que reflejan el modo de vida y los estratos sociales de las personas que, para ese momento, habitaron el lugar (Poder Ejecutivo, 2017).
Figura 1. Daños estructurales sufridos en el ex convento de Tlayacapan. (Delgado, Álvaro. 2017. Proceso.)
Después del terremoto del pasado 19 de septiembre del 2017, el inmueble se vio seriamente afectado, ya que la nave principal se dividió en dos. El frontispicio se derrumbó y uno de los tres campanarios colapsó, por su parte el altar principal presenta grietas, el presbiterio quedó en ruinas, los bienes muebles que resguardaba el recinto terminaron en los suelos y los frescos gravemente dañados. La comunidad se encargó de resguardar las imágenes de los santos.
Figura 2. Daños sufridos en el interior del templo. (Ojeda, Ariel. 2017. El Universal.)
La problemática se intensificó cuando el personal de Protección Civil comenzó a discutir la posibilidad de demoler el inmueble. No obstante un perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aseguró que “jamás podría ser demolida una joya de patrimonio de la humanidad” (Proceso, 2017). La comunidad se encuentra preocupada de la restauración del templo; sin embargo, ha tomado una actitud solidaria y positiva ante esta situación (Proceso, 2017).
Para este trabajo verifiqué diferentes metodologías aplicables. Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc —posiblemente el primero en escribir sobre la metodología para restaurar un inmueble, en el siglo XIX— consideraba que una buena restauración debía acercar al edificio estilo de su época de construcción, empleando materiales de calidad y abiertos al empleo de nueva tecnología. Mencionaba que para poder realizar un proceso de intervención el restaurador se debía asumir como artista con el fin de comprender la visión del artista inicial; al tener la capacidad de considerarse como genio creador, tenía la posibilidad de retirar elementos que no concordaran con el estilo que preponderaba en las estructuras, para que ésta fuera acorde con el diseño que en ella se plasmaba. Por esta razón las intervenciones de Viollet-le-Duc no permitían distinguir cuál era la parte histórica y cuál la parte restaurada, razón por la que fue muy criticado (Portal Restauración, 2017), y andando el tiempo la restauración profesional ha dejado de lado esta forma de proceder, aunque no han sido pocos los arquitectos que lamentablemente han querido dejar “su marca” en obras ajenas e históricas. Decidí no utilizar esta metodología, ya que de hacerlo podría provocar intervenciones que cayeran en falsos históricos; sin embargo, considero que la idea de estudiar y conocer a detalle los estilos y condiciones que influyeron el diseño de la edificación ayuda a entender la idea que se plasmó en ella. Por otro lado, John Ruskin —–un crítico, contemporáneo y antagonista de Viollet-le-Duc, que no realizó trabajo alguno de restauración— concibe la ruina como un hecho sublime que refleja el paso del tiempo sobre una edificación, y opina que la conservación debe basarse en la observación y el conocimiento de la historia del objeto, puesto que es un testimonio histórico que enlaza el pasado con el presente, por lo que la intervención implica engañar al espectador y cambiar el temperamento de la estructura (Portal Restauración, 2017). Así que decidí tampoco utilizar su perspectiva, pues se opone a la idea de la reconstrucción necesaria para conservar y mantener en uso el inmueble: muchos de los grandes inmuebles Patrimonio de la Humanidad se habrían perdido de seguir su propuesta; sin embargo comprendo que esta teoría fue desarrollada bajo el pensamiento romántico de su época. La teoría de Cesare Brandi —un historiador y restaurador de arte que desarrolló su actividad en el siglo XX, especialmente en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial— es bien conocida en el campo de la restauración en México como la base para efectuar una intervención, y sigue utilizándose hasta nuestros días. Brandi adecua y fusiona ideas de Ruskin y Viollet-le-Duc para crear los fundamentos de su teoría, que incluyen:
Aunque los conceptos de la teoría propuestos por Brandi para un correcto acercamiento a una obra de arte son claros, no constituyen una propuesta metodológica tan cabal como la de Barbara Appelbaum, expuesta en su libro Conservation Treatment Methodology (Appelbaum, 2007), porque considera las ideas y limitantes expuestas por los autores mencionados y otros tratados, cartas y leyes que hacen mención sobre la forma correcta o adecuada para realizar un acercamiento e intervención. Además, esta metodología abarca un mundo de posibilidades que se encuentran dentro del trabajo del restaurador, sin precisar o enfocarse en algún material, contexto o uso que se le otorgue a éste, además de que mantiene un balance entre la materialidad y las formas de abordarla. Es posible que algunos especialistas se enfoquen o tengan mayor interés en temas distintos; por esto considero adecuada esta metodología, ya que permite englobar cada caso y puede hacerse tan flexible como la obra lo requiera. Esta metodología se desarrolla a través de ocho pasos que son: A continuación desarrollaré cada uno de estos pasos, aplicados al caso en estudio. A través del paso 1, manejando el contexto del ex convento de Tlayacapan, debemos comprender la importancia que tiene para la comunidad y los valores que imprimen en éste; como destaqué anteriormente, la comunidad ha tenido una actitud positiva, tratando de hacer lo necesario para que los bienes muebles no sufrieran daño y se mantuvieran estables; tampoco debemos dejar de lado que este convento ha estado presente para muchas generaciones y ha impactado de diversas formas dentro de la comunidad. Respecto del punto 2, en la reconstrucción de la historia de vida del objeto se deben considerar las razones por las cuales se edificó, así como documentar sus diferentes fases históricas, hasta llegar a su uso actual. En cuanto al paso 3, la identificación/construcción del estado ideal debería incluir estabilizar la estructura, corregir los faltantes de la nave, el frontispicio y el campanario. La estabilización permitirá que la edificación sea un lugar seguro para que continúe en uso; sin embargo, para que el recinto cumpla su función de manera integral es necesario generar una propuesta de restauración integral a largo plazo que integre el edificio, los bienes muebles, los frescos y otros acabados arquitectónicos que dan identidad al recinto, pues no se puede dejar de lado que todas estas piezas le pertenecen y otorgan un valor en conjunto. Por ello considero que, para el paso 4 de la metodología: establecer un objetivo de conservación realista, se debe enfocar la atención en mantener y estabilizar aquellos puntos más afectados y que son indispensables para el uso de la edificación. El tratamiento tendría que realizarse pensando en el uso del edificio. Tomando en cuenta los hechos y el significado que tiene el convento dentro de la comunidad, sería conveniente reconstruir las zonas que siguen en uso y planear una estrategia de conservación para el resto de las zonas afectadas, de modo que el convento pueda seguir en uso y al mismo tiempo se conserve un registro de los deterioros que el terremoto del pasado 19 de septiembre provocó en el inmueble. Tendríamos que considerar si es necesario dejar evidencias del terremoto, o sustituir estas piezas dejando una marca visible de dónde se realizó la restauración permitiendo que, en caso de que se repitiera un hecho como éste o que exista una innovación de materiales, sea fácil identificar las zonas afectadas; incluso algunas piezas que no puedan reintegrarse a la estructura por falta de estabilidad podrían pasar a ser parte del museo del templo. El paso 5, la elección de métodos y materiales para el tratamiento, se llevaría a cabo tras un estudio minucioso, mediante un trabajo interdisciplinario, de los materiales constitutivos y de las condiciones climáticas para conocer cuáles materiales y técnicas son los idóneos para la estabilización y las labores de restauración. Cabe señalar que a partir de este punto me es imposible profundizar en este momento, pues al ser estudiante de primer semestre de la Licenciatura en Restauración desconozco de materiales y procesos; sin embargo, comprendo la importancia de una correcta elección de materiales y tratamientos, su correcta ejecución y documentación (Appelbaum, 2007). Cada bien cultural estará influido por su contexto y los materiales que lo compongan, por lo que es de gran importancia conocer su historia de vida y, así, tener en cuenta cuáles deben ser los alcances de una intervención y cómo pueden influir en la concepción y uso, y en los valores intangibles asociados, en este caso, del ex convento. Por esto mismo la metodología se centra en su uso y significación actual, a partir del cual se genera la toma de decisiones, sin provocar un falso histórico. En conclusión, quisiera resaltar la importancia de contar con una metodología para tomar decisiones, pues ayuda a guiar los procesos de intervención y las investigaciones enfocados en la conservación del objeto, comprendiendo que dicha metodología debe permitir tal flujo de información que dirija a una correcta apreciación del problema y tomar decisiones adecuadas, pensando en cómo éstas repercutirán en la obra y el impacto que tendrán en la sociedad, a la que siempre debe considerarse en la toma de decisiones. La metodología propuesta por Barbara Appelbaum permite que un restaurador, ya sea en formación o un experto, siga los pasos de modo sistemático para lograr una aproximación adecuada a cualquier bien que deba ser objeto de una intervención. Por esto me parece la más adecuada para llevar a cabo un proceso de acercamiento e intervención correcto para el ex convento de Tlayacapan. Appelbaum, B. Morelos, Poder Ejecutivo Portal Restauración Portal Restauración Portal Restauración El sismo arrasó con el templo de San Juan Bautista, Tlayacapan, considerado patrimonio de la humanidad Metodologías
Conclusiones
Bibliografía
(2016). Conservación, metodología de tratamiento. Archivo Churubusco (año 1, núm 1). trad. de Jannen Contreras. Recuperado de http://archivochurubusco.encrym.edu.mx/n1letras2.html#nombre1.
(2017). Tlayacapan. Recuperado de http://morelos.gob.mx/?q=tlayacapan. Consultado en diciembre de 2017.
(2017). Cesare Brandi. Recuperado de http://portal-restauracion-upv.blogspot.mx/p/todaobra-de-arte-tiene-dos-valores.html. Consultado en diciembre de 2017.
(2017). John Ruskin. Recuperado de http://portal-restauracion-upv.blogspot.mx/p/john-ruskin-londres-1819-brantwood-1900.html. Consultado en diciembre de 2017.
(2017). Viollet-le-Duc. Recuperado de http://portal-restauracion-upv.blogspot.mx/2014/12/viollet-le-duc.html. Consultado en diciembre de 2017.
(2017). Proceso. Recuperado de http://www.proceso.com.mx/504221/sismo-arraso-templo-san-juan-bautista-tlayacapan-considerado-patrimonio-la-humanidad. Consultado en diciembre de 2017.
Como citar esta colaboración:
Apellido, nombre (año), “Título del artículo”, en Archivo Churubusco, año 2, número 4, disponible en -dirección en internet-, consultado -día, mes, año-.